Como si fuera un actor de Hollywood, la estrella de la nueva serie de televisión o un cantante de moda. A Ryan Lochte los fans le asaltan por su calle, sobre todo mujeres, y le piden autógrafos, besos, abrazos, fotografías junto a él... Todo muy normal, si no fuera porque su último encuentro acabó mal. Demasiado mal, pues el cuádruple medallista olímpico en los pasados Juegos de Londres pasará una temporada fuera de la piscina por el exceso de celo de una aficionada adolescente.
Volver al origen, a Florida, a las instalaciones de Gainesville donde se entrenó durante más de una década. Un ejercicio de nostalgia que ha pagado con una grave lesión de rodilla que, como mínimo, hace peligrar su presencia en el 'Duel in the pool', un enfrentamiento entre nadadores de Estados Unidos y Europa que tendrá lugar el próximo mes de diciembre.
El domingo, paseando por la calle, una aficionada reconoció a la estrella del deporte olímpico. Corrió hacia él, se abalanzó y Lochte trató de devolver el cariño recogiéndola en sus brazos. La mala suerte quiso que ambos terminasen por los suelos, Plena ella, adolorido él. El nadador se había golpeado la rodilla contra el bordillo y casi de inmediato supo de la lesión.
La resonancia magnética que le practicaron el mismo domingo ha revelado una rotura en el ligamento colateral medio y una torcedura en el ligamento cruzado anterior, aunque los médicos esperan "una pronta recuperación", según ha comunicado Janice Lee, la publicista del heredero de Michael Phelps en la natación estadounidense tras su actuación en los últimos Juegos Olímpicos.